domingo, 10 de febrero de 2019

Diagnóstico Clínico RP

El diagnóstico de RP puede realizarse basándose en la presentación clínica de síntomas, las alteraciones de fondo de ojo y el campo visual.


  • Campo visual. Es el principal test utilizado para evaluar y monitorizar la progresión de la enfermedad. Los defectos más comunes incluyen aumento de la mancha ciega, defectos ecuatoriales y restricción concéntrica. En pacientes que conservan buena visión central, el campo visual resulta determinante para poder clasificar a un paciente con restricción concéntrica como “ceguera legal”.

  • Electrorretinograma (ERG). El ERG, uno de los pilares en el diagnóstico de la RP desde principios de 1950, mide la respuesta eléctrica de la retina a los estímulos de luz. La RP causa una reducción en la amplitud y un retraso en el momento de la señal eléctrica producida por la estimulación de la retina. La amplitud del ERG se encuentra muy disminuida aún en fases precoces, resultando más afectado el ERG escotópico (bastones). En fases avanzadas puede estar totalmente abolido.

  • Adaptación a la oscuridad (adaptometría oscuro). En pacientes con RP, se ha observado una pérdida de sensibilidad tanto de conos como de bastones.


  • Angiografía fluoresceínica (AFG). La AFG no es un test diagnóstico, pero puede resultar de utilidad en la valoración de las alteraciones maculares. En la RP, la AFG revela manchas hiperfluorescentes de forma difusa por la alteración del EPR. 


  • Tomografía de coherencia óptica (OCT). Resulta de utilidad especialmente en la valoración y seguimiento de maculopatías asociadas a RP: edema macular cistoideo, membranas epirretinianas y atrofia macular (pérdida de fotorreceptores)

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