Diagnóstico Clínico RP
El diagnóstico de RP puede
realizarse basándose en la presentación clínica de síntomas, las alteraciones
de fondo de ojo y el campo visual.
- Campo visual. Es el
principal test utilizado para evaluar y monitorizar la progresión de la enfermedad.
Los defectos más comunes incluyen aumento de la mancha ciega, defectos
ecuatoriales y restricción concéntrica. En pacientes que conservan buena visión
central, el campo visual resulta determinante para poder clasificar a un
paciente con restricción concéntrica como “ceguera legal”.
- Electrorretinograma (ERG).
El ERG, uno de los pilares en el diagnóstico de la RP desde principios de 1950,
mide la respuesta eléctrica de la retina a los estímulos de luz. La RP causa
una reducción en la amplitud y un retraso en el momento de la señal eléctrica
producida por la estimulación de la retina. La amplitud del ERG se encuentra
muy disminuida aún en fases precoces, resultando más afectado el ERG escotópico
(bastones). En fases avanzadas puede estar totalmente abolido.
- Adaptación a la oscuridad
(adaptometría oscuro). En pacientes con RP, se ha observado una pérdida de
sensibilidad tanto de conos como de bastones.
- Angiografía fluoresceínica
(AFG). La AFG no es un test diagnóstico, pero puede resultar de utilidad en la
valoración de las alteraciones maculares. En la RP, la AFG revela manchas
hiperfluorescentes de forma difusa por la alteración del EPR.
- Tomografía de coherencia
óptica (OCT). Resulta de utilidad especialmente en la valoración y seguimiento
de maculopatías asociadas a RP: edema macular cistoideo, membranas
epirretinianas y atrofia macular (pérdida de fotorreceptores)
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